jueves, 13 de marzo de 2008

Papá Bernardo. Cuento. Por Héctor E. Abril G.

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PAPÁ BERNARDO
Por Héctor Enrique Abril Galindo.
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Marzo 12, 2008
Don Bernardo:
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Reciba este pequeño cuento como un homenaje a su sapiencia y amistad y el deseo que se difunda para que se dé un reconocimiento más a su conocimiento. Queda a su disposición para el uso que le quiera dar.
Saludos, Héctor

Solapa con la biografía del autor
y página con la dedicatoria del libro para Bernardo González White
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PAPÁ BERNARDO
Por Héctor Enrique Abril Galindo.
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Las fotos e imagenes son colocadas por este portal
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Me encuentro vivito y coleando.

Algunos nacemos con estrella y otros nacen estrellados según Papá Bernardo.

Ahora que me encuentro en la apacibilidad del hogar, evoco muchos recuerdos, y no son pocos, acerca de mi familia. De lo que sí estoy seguro, es que mi venida a este mundo, no fue fruto de la casualidad. Me explico. Para llegar a este país, primero hicieron unas pruebas. Es decir, presentaron varios proyectos para ver con que imagen sería conocido. Una vez escogido el proyecto, imprimieron los llamados espécimen que es igualito a mí, pero es un N.N y por eso lo numeraron solo con ceros 00000000. Ya aprobado como sería mi diseño, nació una camada o primera emisión con fecha 1992 para conmemorar los 500 años de América, con una prole de 50 millones. Pagará Diez mil pesos Oro, decía en la india de 1992. Pero por cosas del uso y del abuso, se necesitó de una pequeña camada, llamada de "reposición" (R antes de la numeración) y ahí es cuando salgo a la luz pública.
De mi madre no sé nada. De mi padre sé que se llama Banco de la República y que me trajo a este mundo en el año de 1992, nacido en la Imprenta del Banco de Mèxico, siendo identificado como un billete de $10.000. La segunda gran camada con 100 millones de crías nació en la Imprenta de Billetes Santa Fe de Bogotá en 1993 y ya el Banco solo pagará Diez Mil pesos, ya no hay oro; y otra pequeñita camada de reposición y con un número de identificación 00103006, indicada con una estrella después de la numeración , según consta en mi anverso y como lo certifican con sus firmas el gerente general Don Miguel Urrutia y el gerente ejecutivo Don Fernando Copete. La última gran camada de 100 millones de crías fue emitida en 1994 -solo pesos, sin oro- y también nació en la I. B. S. F. B., con una pequeñita camada de reposiciones indicadas con una estrella después de la numeración.


Mi familia fue numerosa, mi madre prolífica y a nuestra camada se le conoció con el apelativo de "la india", debido a la presencia de una indígena Emberá y fuimos identificados en 1993 con una curiosa estrella, después del número y por eso se habla que somos nacidos con estrella, y vamos del número 00100133 al número 00273447, correspondientes a cada uno de mis hermanos. La famosa mujer Emberá fue "robada" de una fotografía que el profesor Fernando Urbina Rangel ((1) <--- Foto a la izquierda)) tomó en 1973 a orillas del río Catré a "La Divina Eulalia", hija de Olga y Fernando, nieta del gran Jaibaná Don Angelino Tapí. Dice el profesor: "la muchacha de 18 años, óvalo perfecto, una mirada dulce y unos senos espléndidos.."


<--- La foto, http://www.tucaya.com/esppa/consejos/presentesp.htm no es propiamente la del billete, pero es una bella india embera de la misma edad y con los mismos bellos atributos de los que habla el Profesor. (Trataremos de conseguir una copia de la foto tomada por el Profesor)
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No todos corrimos con la misma suerte. Salimos para diferentes partes sin que hubiera objeción alguna por parte de mi padre, pues al fin de cuentas, ya estábamos listos para afrontar el presente. Para la época, éramos los de más valor en el mercado y la gente coloquialmente al referirse a nosotros, no decía tengo diez mil pesos, sino tengo una india. Nos empacaron en fajos de a 100 crías y nos ataron con una banda de papel en la que el Banco certifica que allí hay 100.000 pesos.

Y salimos para diferentes estratos, de los de clase media para arriba, pues cuando llegábamos a un estrato bajo, éramos gastados inmediatamente, ya que no se podían dar el lujo de guardarnos.

Pero de todos estos estratos salimos y nos mezclamos. Algunos de mis hermanos pasaron a ser usados indiscriminadamente, en negocios, plazas de mercados, mercados públicos etc.

Como comprenderán, el manoseo por desaseo, mantecas, aceites, sudores, grasas, colorantes etc., iban deteriorando nuestra figura, sin contar con los dobleces de todo tipo: el del pajarito, del avión, del corazón, etc., estropeándonos la estructura y haciéndonos débiles por esos pliegues inusitados.

Algunos los colocaban en montones, ordenándolos en grupos que llamaban fajos, imitando a los bancarios, que podían ser o no hermanos nuestros, y para recordar la cantidad, buscaban el lapicero que más resaltara y colocaban sobre el billete de encima, el valor del fajo con los números más grandes que pudieran hacer.

A veces nos utilizaban como libreta de notas, allí anotaban la dirección o el teléfono, la droga recomendada por el amigo en la plaza o el número del celular del amigo recién encontrado, o para demostrar las habilidades artísticas del desocupado de turno y nos pintaban barba, bigote, cejas pobladas, sonrisa despectiva, falta de algunos dientes, peinados exclusivos, lágrimas, dependiendo del tiempo de ocio del artista improvisado.

Creo, a mi modesto entender, que debería existir una ley que invalidara el valor del billete por cualquier alteración, diferente del uso normal, para prolongarnos el tiempo de vida y evitar sobrecostos por nuevas emisiones. Anualmente el Banco Emisor gasta la bobadita de 6.000 millones de pesos para reponer los billetes dañados prematuramente por el maltrato que les dan algunos usuarios.

Yo nací con estrella. Y me explico:

Cuando nuestra camada (emisión), es muy baja por necesidades de circulación o por remplazar los billetes fuera del mercado y los inservibles, hay que recurrir a una nueva emisión, y aunque nacemos con las mismas características: fecha, imprenta, firmas (somos gemelos), sólo nos diferencia el número de identificación seguida de una señal, en mi caso una estrella, que puede ser un asterisco (*), una R, una r o un pequeño círculo y por esta razón nos llaman billetes de reposición.


Como les venía diciendo, yo nací con estrella, fuera de eso, recién salido del Banco, fui adoptado por Don Bernardo González White, (<--- Foto -Marzo, 2008- a la izquierda) un paisa de raca mandaca, de pura cepa y que sabe mucho acerca de nuestras familias y que me esperaba como un padre espera a su hijo.

No me puedo quejar. Desde un principio he sido privilegiado. Me mantengo bien presentado, bien protegido en mi álbum. No sufro de frío, ni de calor. Me protege de los peligrosos rayos solares. No me deja manosear, aunque me muestra con frecuencia. He salido en fotografías en periódicos, revistas y en publicaciones importantes. Como seré de importante -y de bello y apetecido- que la firma numismática más importante del mundo, Krause Publications me publicó de cuerpo entero en la portada del Catálogo Mundial de Billetes del 2007. El video y la televisión no me son extraños.

A pesar de mis tres camadas, 1992, 1993 y 1994, mi vida fue muy corta: los "muchachos malos" se alzaron de la oficina del Banco de la República de la ciudad de Valledupar, el 15 de octubre de 1994, la bobadita de 24 mil cuatrocientos millones de pesos y allí -"según dicen las autoridades"- se robaron un millón de mis hermanos de 1993 lo que obligó al Banco Emisor a retirarme de la circulación. Ha sido el robo bancario más grande en la historia del país.

Papá Bernardo me ha llevado a Congresos, seminarios, talleres y a una serie de reuniones importantes con amigos y extraños, me exporta al mundo y me exhibe con orgullo. Para él y sus amigos soy cada día más valioso e importante.

Es un duro para la notafilia, es un bacán, según le he oído a las numerosas personas que vienen a visitarlo. Legos, neófitos y avezados en la notafilia, vienen a conocer, aprender y a afirmar sus conocimientos en sus charlas. Aquí se conocen cuáles de nuestros parientes han aparecido, después de largos años de no saber de su paradero, algunos como nuevos, otros envejecidos o achacados, pero de todas formas son bien recibidos.

Todos opinan sobre nosotros, el valor monetario, el valor comercial, el valor sentimental.

Por ellos es que he sabido de la existencia de varios de mis hermanos, que en ocasiones son unos pocos, algunos con sus cualidades y otros con sus defectos, pero igual de interesantes.

Los billetes escalera: porque nuestra numeración sube o baja en orden numérico 34567890 o 87654321.

El billete sancocho: Donde ninguno de nuestros dígitos está repetido 51396728

Billete radar o capicúa: El que se puede leer de derecha a izquierda o al contrario, resultando el mismo número 18022081.

Billete pleno: El que tiene todos sus dígitos iguales 55555555.

Billete mariposa: Con error en el corte que le sobresale, al desdoblarlo puede estar o no impreso o con parte del impreso de otro billete.

Billete de fuelle: O acordeón, sección de un billete que presentó una arruga en el momento de la impresión. Al desarrugarlo, quedan porciones sin imprimir y es más grande unos milímetros del normal. Y son muchísimas las diferencias existentes por colores, por tintas, por centrada, por olvidos, por falta de impresiones, por sobreimpresiones etc. lo que hace que mis hermanos diferentes sean muchos.

He oído diferentes relatos de lo que representan para muchos de nuestros propietarios el tenernos.

Nos han tenido nuevecitos en sus carteras el día de Año Nuevo, para que nunca les llegue a faltar la plata. Otros nos dejan en las neveras, la canasta del mercado o la alcancía, con los mismos fines.

Se regala un billete nuevo de mil pesitos a los amigos, para desearles prosperidad en el nuevo año. Remplaza a la antigua moneda de centavo, que hace años se regalaba. Cosas de la devaluación.

Se le hacen dobleces en forma de corazón para el ser amado.

Se doblan de diferentes maneras, para esconderlos en la cartera o en la caleta, para futuras necesidades.

Ya vimos el múltiple uso de agenda para fechas, para saber cuanto han sacado del fajo, para el número celular, el nombre de la droga o la dirección necesaria, para ensayar si escribe el lapicero, para demostrar cualidades artísticas, para el mensaje al presidente o a un grupo político o religioso, para demostrar que la Sarita o la Magaly es una tal por cual, que el René y el Juan Gabriel son mariquitas etc.

La abuelita que guarda la india para el nietecito.

La vagabunda que cobra 2-3-40-50 o 1000 indias según el estrato de la vagabunda y el cliente.

El que atraca, chuza, balea, hiere o mata por las indias para el vicio.

El niño que muere porque la mamá no tiene para la india de la comida o de la droga.

La india para la limosna, esperando a cambio un milagro o la del diezmo para que lleguen muchas indias.

Por último, quiero hablar de mis hinchas, fanáticos o fans. Los hay de dos clases: los buenos y los malos.

De los últimos, o sea de los malos, son personajes que aman los billetes pero diabólicamente, es decir para fines no muy ortodoxos. Nosotros los conocemos como los falsificadores. Y entre ellos hay varios estratos o categorías de acuerdo a sus recursos económicos.

Algunos nos clonan directamente por medio de una fotocopiadora de alta resolución, otros nos escanean y los más pudientes nos imprimen por medio de imprentas, con la ventaja de imprimir dígitos diferentes

En la misma forma, unos usan tintas nacionales y otros, tintas extranjeras.

El papel lo compran en papelerías, buscando una similitud con el papel original del Banco, otros los fabrican a partir de otros papeles y hay quienes por un sistema de lavado, le quitan la impresión, a billetes generalmente de costo mucho más bajo.

Se usan las computadoras para estos fines y generalmente se apoyan en programas como el Page Maker y el Corel.

Su utilización como es lógico, se basa en el engaño. Con ellos, se lucran muchos taxistas, mercaderes y estafadores.

Pero no todo es sombrío. Tenemos nuestros fans buenos. Los que nos quieren, nos aprecian, nos atesoran. También los hay de dos tipos: El que nos acumula, viejos o nuevos, lisos o arrugados, limpios o sucios. Les importa sólo el valor monetario. Y son los avaros.

Y el otro tipo de bueno. El que nos quiere, nos aprecia, nos protege, nos atesora sin importar el valor, conoce de nuestros orígenes y cuando no nos tienen, hacen esfuerzos desesperados por adoptarnos. Saben de nuestras gracias y de nuestros defectos. Y como padre afectísimo, entre más defectos tengamos, más nos quieren. Ese karma a ellos no les interesa. Nos cuidan, abrigan, protegen de las inclemencias del tiempo, nos tratan como el pétalo de una rosa. Nos muestran orgullosos ante sus amistades y se ufanan de tenernos. Ellos sí saben cuanto valemos y lo que representamos para ellos afectivamente.

Ya de sobra saben a quienes me refiero: a los notafílicos.

Ellos saben de donde venimos, cuando, en que circunstancias, que contratiempos hubo con nosotros, de nuestras taras de tintas, imágenes, dígitos, cortes y nada de eso impide que nos quieran. Antes por estas fallas de impresión, nos acogen con más deseos.

Es a ellos y sólo a ellos, a quienes debemos admiración y aprecio permanente.

Y yo un billete de diez mil pesos, con estrella, nuevo, limpio, liso y tal como salí del Banco, sé que por los años de los años, permaneceré igual, por contar con un papá como el paisa de racamandaca conocido por todo el mundo como PAPÁ BERNARDO GONZÁLEZ WHITE.
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Fernando Urbina Rangel , fernandourbinarangel@hotmail.com
http://www.visionchamanica.com/Mundo/Eldorado.htm (De allí se tomo la foto del Porofesor)

Nacido en Pamplona (Colombia) en 1939. Graduado en Filosofía en la Universidad Nacional de Colombia y profesor en esa institución desde 1963 hasta 2004. Dedicado a temas de «Filosofía Antigua» (Origen de la Filosofía, Presocráticos, Platón...), «Mito», «Pensamiento Indígena» y «Arte rupestre amazónico». Treinta y dos trabajos de campo entre comunidades indígenas. Sobre algunos de estos temas ha publicado 6 libros y alrededor de 40 artículos. Su último libro es DÏÏJOMA - El hombre• serpiente• águila- Mito uitoto de la Amazonia, publicado por el Convenio Andrés Bello. Como fotógrafo ha presentado 20 exposiciones individuales. Fue fundador y codirector del «Grupo de Estudios sobre Pensamiento Abyayalense (Amerindio)» y fundador y curador del concurso «La esquina del poema» (Universidad Nacional de Colombia - Casa de Poesía Silva).
Algo más sobre el Profesor: http://www.cartauniversitaria.unal.edu.co/ediciones/02/06.htm
Carta Universitaria No.2 Título : Un hombre camuflado en los mitos

Autor : amangelb@unal.edu.co
Sección: Perfil Fecha : Noviembre - Diciembre de 2004
Un hombre camuflado en los mitos






2 comentarios:

Bernardo González White dijo...

En Ibagué, el pasado 16 de agosto, nuestro amigo HECTOR E. ABRIL, lamentablemente, terminó su ciclo terrenal. Mucho nos dejó.
Por separado envío mis LUNÁTICAS 9, dedicadas a su memoria.
Begow.

MARTHA ABRIL dijo...

QUE DIOS, LO TENGA EN SU GLORIA. NO SOLO NOSOTRAS PERDIMOS AL MEJOR PAPA DEL MUNDO, SINO AL MEJOR AMIGO Y ESPOSO.....USTEDES PERDIERON A UN GRAN HOMBRE, LLENO DE SABIDURIA, AMANTE DE LA PINTURA, LA ESCULTURA, LA LITERATURA, EL ARTE EN GENERAL, POR ESO QUIERO PEDIRLES QUE LO MANTENGAMOS VIVO EN NUESTROS CORAZONES, EN SUS OBRAS DE LITERATURA, ARTISTICAS, Y EN SUS COLECCIONES QUE SEGUIRAN SIENDO EL TESORO MAS VALIOSO PARA NOSOTRAS.

GRACIAS A CADA UNO DE USTEDES POR EL APOYO Y LA COMPAÑIA EN ESTOS MOMENTOS DIFICILES.

MARTHA ABRIL, ANDREA ABRIL Y MERCERDES RINCON.